El departamento de Tolima es el tercer productor a nivel nacional, con una participación en el mercado del 12.8% en 108.141 hectáreas de distintas variedades en 38 de los 47 municipios, según la Federación Nacional de Cafeteros. Sin embargo, el café en el sur no solamente ha sido auxilios e impulsor del desarrollo, se ha convertido también en símbolo de cambio: “Hace algunos años, cuando entró el café, salió la amapola”, nos comentaba Ana Jesús Valderrama, caficultora de la vereda Canoas Copete de Ataco y productora de Cafimujer.
Los ejemplos de asociaciones, cooperativas, agrupaciones, vecinos y amigos que ven en el café una oportunidad de superación se cuentan por cientos en esta región. “En el sur del Tolima el café ha sido un símbolo. Se produce entre los cafeteros, pero también entre las víctimas, comunidades indígenas y excombatientes. Con el café se integró la comunidad, y eso es contribución inmensa a la construcción de paz”, mencionó Carlos Guillermo Ospina, Comisionado de la Verdad que ha trabajado durante años en esta zona del Tolima.
ASOPEP es una de las asociaciones de productores de café más importantes del sur del Tolima. Actualmente tiene 349 miembros, de los cuales 100 están dedicados al cacao y 249 a la producción de café en Planadas, Ataco y el Huila. Entre las actividades que realizan, la sede de la asociación funciona de centro de acopio de café y cacao. Al año circulan 1.200.000 kilos de café.
“El trabajo ahora es más fácil. Antes a la gente le daba miedo venir por esta región por la violencia. Los extranjeros tenían miedo de venir, pero ahora lo hacen hasta por tierra para conocer. Hay más comercio y las cosas se ven mejor: usted sabe que el café hace amigos y trae progreso”, contó Jorge Rojas, analista físico de ASOPEP. Creada hace 8 años, hoy la asociación tiene una finca de 8 hectáreas en la que ofrecen a los caficultores servicios de secado, central de acopio de cacao y se está construyendo una escuela de café para niños.